domingo, 28 de noviembre de 2010

Analgésicos

Se utilizan para disminuir inflamación, bajar fiebre (temperatura elevada) y dolor músculo-esquelético (en huesos, articulaciones, músculos) o visceral (en órganos). Las sustancias más comunes son el ácido acetilsalicílico, paracetamol (acetaminofén), ibuprofeno y naproxeno, aunque algunos más fuertes incluyen químicos que proceden del opio (morfina y codeína).

Efectos secundarios. Paracetamol, ibuprofeno, ácido acetilsalicílico y naproxeno pueden causar diversos trastornos digestivos, ante todo porque alteran el equilibrio de los ácidos digestivos y favorecen la irritación de las mucosas (tejido que cubre el interior del tracto digestivo).

  • Irritación gástrica o estomacal. La elevación en el nivel de jugos gástricos irrita el interior de este órgano.
  • Hemorragias intestinales. sangrado interno ocasionado por lesiones derivadas del aumento de acidez.
  • Vómito, náuseas. Ganas de volver el estómago.
  • Diarrea. Evacuaciones intestinales frecuentes, de consistencia líquida.
  • Ardor. Agruras o reflujo, debidos al aumento de acidez.
  • Inapetencia. Falta de apetito.
  • Constipación. Estreñimiento, dificultad para realizar evacuaciones intestinales.
  • Dolor abdominal. Es malestar generalizado en el vientre, como reflejo de los problemas anteriores.
  • Erupciones cutáneas, urticaria, rash. Aparición de granitos en la piel; ocurre en raras ocasiones.
  • Mala coagulación. Cuando se usa de manera continua, el ácido acetilsalicílico altera la capacidad de la sangre para detener hemorragias.

En cuanto a los derivados del opio, que tienen la característica de disminuir la actividad neuronal, podemos mencionar:

  • Adicción. Estas sustancias producen sensación de bienestar, por lo que su uso prolongado puede hacer que el paciente dependa psicológica o físicamente de la sustancia.
  • Síndrome de abstinencia. Se relaciona con lo anterior y se refiere a malestares como nerviosismo y ansiedad, que son manifestaciones del organismo por la falta del medicamento.
  • Estreñimiento. Es un problema particular de la codeína, y se debe a que esta sustancia disminuye la movilidad del intestino.

Contraindicaciones. En términos generales son:

  • Embarazo. Todas estas sustancias atraviesan la placenta y llegan al feto, por lo que pueden afectar su crecimiento.
  • Lactancia. Es muy probable que estos medicamentos lleguen a la leche materna y, por tanto, al bebé mientras se alimenta.
  • Gastritis y úlcera gástrica. Respectivamente, influyen en la inflamación del estómago y la aparición de lesiones en su pared interna. Se caracterizan por exceso de acidez, de modo que el uso de algunos analgésicos es muy desfavorable.
  • Enfermedades hepáticas. Se ha encontrado que muchos analgésicos, como ibuprofeno y paracetamol, pueden generar, en altas dosis o uso prolongado, problemas en el hígado. Es mejor no consumirlos si hay hepatitis (inflamación de dicho órgano)
  • Enfermedades virales. El ácido acetilsalicílico está contraindicado en menores de 15 años que padezcan varicela, rubéola, influenza y otros padecimientos generados por este tipo de microorganismos, ya que se tiene el riesgo de padecer síndrome de Reye, que afecta al hígado y cerebro.
  • Padecimientos sanguíneos. personas con problemas de coagulación o que se vayan a someter a cirugía deben asesorarse con un médico para saber si pueden tomar ácido acetilsalicílico.
  • Comportamiento adictivo. Pacientes que beben mucho alcohol o que fuman deben ser evaluados antes de emplear medicamentos con morfina o codeína.

REEMPLAZO NATURAL PARA LOS ANALGESICOS:


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